
Angel Felisisimo Rojas

Nació en 1910 en un recinto rural cercano a Loja llamado "El Plateado". Su madre fue una maestra rural con quien aprendiera las primeras letras, y su padre abogado. En Loja siguió sus estudios y más tarde se graduó de abogado en la Universidad de Loja aún cuando inició sus estudios de leyes en la Universidad de Guayaquil a donde volvió más tarde a ejercer su profesión. En esta ciudad se incorporó al "Grupo Guayaquil" que era entonces el foco más vigoroso de la nueva novela ecuatoriana.
A Guayaquil la llamó su “patria grande” y a su Loja natal “ciudad portátil”. La migración fue uno de los hechos que tendría un gran significado en su obra
Vivió aquellos años entre la creación literaria, militó en el Socialismo y por controversias con el gobierno de entonces, estuvo en prisión por algunos meses, a fines de 1941. En el año 1944 desempeñó el cargo Contralor General de la Nación. En 1944-46, Catedrático de la Universidad Central de Quito. Durante más de veinte años se dedicó únicamente a atender sus propiedades agrícolas.
En su juventud había publicado textos como colaborador en revistas de su ciudad. Admirador confeso de Jack London, Edgar Allan Poe, Miguel de Cervantes, Joseph Conrad, y Lope de Vega, quienes son sus referentes literarios.
Siempre manifestó respeto por la muerte, que lo visitó mientras dormía el 20 de julio del 2003.
Su obra
Aunque no tuvo una prolífica producción, la obra del lojano se clasifica en novela, cuento, ensayo y trabajo periodístico.
Su primera novela, Banca, la escribió en 1938. Es de carácter autobiográfico y describe los años juveniles de Andrés Peña (álter ego del autor) y su vida estudiantil. Reflexiona sobre el tiempo perdido pero recuperado por la memoria.
El estilo de Rojas es sencillo y lleno de fino humor, que no cae en lo vulgar. En 1949 escribió su obra más lograda y conocida, El éxodo de Yangana, novela de tintes épicos que narra el conflicto de tierras en una población alejada de los grandes centros urbanos, explotada por los gamonales que ante la complicidad criminal de las autoridades locales, toman la justicia en sus manos, abandonando posteriormente el pueblo por temor a la represión estatal y buscando la tierra prometida en la región oriental.
En 1946 presentó con la Casa de la Cultura Ecuatoriana el volumen de cuentos Un idilio bobo, el cuento del mismo nombre recupera al personaje de Andrés Peña, que mantiene una correspondencia amorosa con una gringa a la cual ni siquiera conoce.
En 1948 publicó en la colección Tierra Firme del Fondo de Cultura Económica de México, La novela ecuatoriana, un ensayo sobre este género literario en nuestro país desde 1830 hasta 1945.
En 1983 publicaría su ultima novela, Curipamba, cuya temática consiste en la explotación del hombre en las actividades mineras. El pensamiento y la obra de Rojitas se mantienen vigentes, sus novelas, cuentos y artículos de opinión son ejemplos de enseñanza.
“La novela me parece que es una composición de estirpe inmortal, que mientras el hombre exista podrá la novela tener muchas formas”.
“No me quejo de la forma como he podido vivir, pero creo que la vida hubiera podido ser más amable”.